Imagen del curso 2112 255-2 Violencia, Conflicto y Educación para la Paz PATRICIA INES LISCANO LOPEZ
Semestre II

“Violencia y Conflicto”,se asumen como dos categorías distintas y con un análisis riguroso de las teorías y prácticas de la tan anhelada paz, en la que los estudiantes trabajaran estudios y rutas por la paz, museos para la paz y la reconciliación, explicando de esta manera el postulado de la “NO VIOLENCIA”, que en últimas significa solamente un bajo nivel de paz negativa lo que condiciona nuestra psique, y no permite realizar nuestra apuesta “EDUCACIÓN PARA LA PAZ ", entendiendo esta como un sistema de interacción cooperativa, entre aquellos en los que hubo dificultades en el pasado, por lo tanto, la paz es diferente a la no violencia.

Imagen del curso 2112 255-1 Violencia, Conflicto y Educación para la Paz PATRICIA INES LISCANO LOPEZ
Semestre II

La asignatura de Violencia, Conflicto y Educación para la Paz, pretende fortalecer las competencias pedagógicas que permitan al estudiante planear a través de diferentes alternativas didácticas la resolución de conflictos en escenarios formales y no formales en los que se va hacer presente como educador articulando los enfoques de derechos, diversidad étnica y cultural, y de género que permitan lograr un proceso integral y transformador. 

Imagen del curso 22108 255-2 Enfoques Epistemológicos y Metodológicos en Investigación Social ADRIAN EDUARDO SERNA DIMAS
Semestre II

afiancen una serie de lugares comunes sobre este quehacer, entre ellos, los que apuntan a establecer diferencias entre enfoques investigativos con base en criterios superficiales, meramente operativos, muchas veces sin sentido, como los que se detienen exclusivamente en lo cualitativo y lo cuantitativo (que además asumen que lo cualitativo es una invención reciente y que creen que lo cualitativo supone en sí la negación de cualquier enfoque positivista o naturalista). Para salir de estos instrumentalismos puramente mecanicistas y sin reflexión, urge restituir una mirada fuerte de los enfoques investigativos desde su génesis y desarrollo al interior de los diferentes paradigmas que, a modo de grandes bloques, han constituido a las ciencias sociales.

En efecto, el desarrollo histórico de las ciencias sociales tiene en medio un conjunto de paradigmas con concepciones distintas sobre el mundo social como objeto de conocimiento y mirada, sobre los métodos necesarios para investigar este mundo y sobre las finalidades de esta indagación. El conocimiento de estos diferentes paradigmas en ciencias sociales, de sus particularidades epistemológicas, teóricas, metodológicas, tecnológicas y técnicas, atendiendo las circunstancias históricas, sociales, culturales y políticas específicas que determinaron su configuración dentro de unos ámbitos especializados, es fundamental no solo para quien se especializa en las disciplinas científico-sociales sino para quien pretende formar en ellas o a través de ellas. La omisión de los contextos, los problemas, los recursos académicos e intelectuales, los repertorios nocionales, categoriales y conceptuales, las prácticas concretas y los raseros institucionales solo deja un repertorio esclerótico de teorías, métodos y técnicas, cuando no de nombres, palabrejas y títulos librescos, que se repiten de manera formulaica y cuyo agotamiento es pábulo para la aparición de toda suerte de aventurerismos epistemológicos capturados por las tendencias y las modas más recientes. Las omisiones de la complejidad del conocimiento disciplinar tienen como correspondencia el transmisionismo estéril o el reduccionismo enciclopedizante en el orden las prácticas pedagógicas.

La historia social de los paradigmas, entendida como un socioanálisis de los métodos y las metodologías de las ciencias sociales, resulta un requisito para enfrentar algunos de los problemas más acuciantes para las ciencias sociales en la actualidad, entre ellos, la depauperación de sus capacidades teóricas, la instrumentalización de sus métodos, la vulgarización de sus estrategias de investigación, la banalización de sus técnicas y la politizada despolitización de sus cometidos, todo lo cual está en la base de la erosión sistemática de su naturaleza como ámbito disciplinar y de su deslegitimación como espacio para la crítica y la reinvención del mundo social (en beneficio, claro está, de ciertos discursos capaces de revestir ciertas ideologías como técnicas). Por demás, las consecuencias del desmantelamiento de las ciencias sociales no pueden ser otras a nivel educativo que la continuación, la reafirmación o la profundización del profesor de ciencias sociales como un agente conservadurista, supeditado a unos conocimientos estandarizados producidos desde fuera, frente a los cuales tiene poco o nada que decir, por novedosos o innovadores que ellos se pretendan.

El desconocimiento de los paradigmas de las ciencias sociales, de la relación indisoluble entre epistemologías, teorías, métodos y técnicas, lleva a una proliferación de teorizaciones sin exigencias empíricas o a una profusión de técnicas sin ningún alcance teórico, lo que está en la base de dos de los problemas más complejos de la academia latinoamericana: el teoricismo que tiene poco que decir de su realidad o el empirismo arrestado por el activismo sin trascendencia teórica. Esos problemas corrientes en nuestras ciencias sociales lo son, también, de nuestras prácticas docentes. Solo el reconocimiento de la complejidad paradigmática permite restituir a la metódica como el dominio que obliga a la teoría a enfrentar el contexto y a las acciones en contexto a auspiciar las posibilidades de la teoría -la metódica entendida obviamente más allá de los reduccionismos que le impusieron los positivismos o de las superficialidades, cuando no de las caricaturas, con la cual la recubrieron los postposiivismos-. Esta metódica señala que hay dos competencias primarias para investigar en ciencias sociales a las que poco se les presta atención: leer y escribir paradigmas (es decir, lectura y escritura en clave de investigación, que son el paso inicial para el conocimiento, la crítica, la proposición y la innovación). Esas son las dos competencias investigativas que espera estimular este espacio académico.
Imagen del curso 2112 255-3 Violencia, Conflicto Y Educación para la Paz FRANCISCO CONTRERAS TENJO
Semestre II

Fortalecer las competencias pedagógicas y contribuir a la conceptualización, protección y ejercicio de los derechos humanos en un grupo de docentes en formación de la Facultad de Ciencias y Educación desde una perspectiva histórica propendiendo por el pensamiento crítico y propositivo que supere dualismos asumiendo un papel transformador. 

Imagen del curso 01 Proyecto Investigativo I PATRICIA INES LISCANO LOPEZ
Semestre II

El espacio pretende desarrollar nuevas practicas pedagógicas en espacios escolares y comunitarios donde el papel del docente sea protagonista en la construcción de participación y manejo de conflictos, teniendo como base la relación entre la información que ha sido organizada analíticamente y los desarrollos teóricos y conceptuales que se han generado sobre el tema a investigar, produciendo innovación en las prácticas educativas. 

Imagen del curso 00 PEDAGOGÍAS PARTICIPATIVAS Y CONSTRUCCIÓN DE PAZ EN LA ESCUELA PATRICIA INES LISCANO LOPEZ
Semestre II

El proyecto pedagógico "Pedagogías participativas y construcción de paz en la escuela", es en si mismo un escenario de investigación que pretende formar a los docentes a través de la investigación pedagógica y educativa, con el propósito que los estudiantes accedan a conocimientos vivenciales que parten de la propia práctica pedagógica de su observación, reflexión y comprensión permanente, para aportar desde diferentes perspectivas de aprendizaje herramientas pedagógicas y experiencias que posibiliten la construcción de escenarios de paz en la escuela.