Un riesgo es una probabilidad de que ocurra en el futuro cercano un impacto negativo que afecte la infraestructura o la salud pública de una población, pero un riesgo solo puede verse materializado cuando una amenaza y una vulnerabilidad se encuentran provocando así el desarrollo del impacto. Para disminuir o mitigar la afectación cuando exista una amenaza natural que pueda tener un alto riesgo debemos tomar medidas de mitigación, en este caso medidas no estructurales las cuales pueden ser proyectos de reforestación, limpieza de los afluentes o el dragado de los ríos.
Estas medidas de mitigación no deben verse reflejadas como un costo, sino como una inversión a mediano y largo plazo ya que al disminuir el riesgo podemos conseguir que este sea más fácil de controlar y así no dejaremos que una emergencia como una temporada invernal se convierta en un desastre, cuando esto suceda los costos de recuperación de la población serán mucho más bajos que si no hubiéramos realizado estas campañas de mitigación.