Educación Popular
La educación popular está profundamente enraizado a movimientos sociales y politicos en America Latina, surge entre los años 60 y 70, como respuesta a las problemáticas a las que se enfrentaba la region. Durante los años setenta, con una fuerte influencia del pensamiento de Paulo Freire, que propuso que la educación debía ser un acto liberador, orientado a transformar las condiciones de opresión mediante la alfabetización crítica y la creación de una conciencia política.
En la educación popular se propone un aprendizaje horizontal, donde el dialogo entre educadores y educandos es clave para la construcción de un conocimiento colectivo, basado en la participación activa de personas, particularmente de sectores populares y vulnerados, la EP busca abordar las causas estructurales de la injusticia y la opresión, uno de los pilares de la EP es el desarrollo de la conciencia crítica, que le permite a los oprimidos comprender las estructuras de poder que los afectan y actuar sobre ellas para generar cambios, se busca que la educación sea un proceso transformador que movilice a las comunidades hacia la emancipación.
En este sentido, la educación popular ha hecho aportes importantes a las ciencias sociales, como la pedagógica critica, entendiendo la educación como un espacio politico que reproduce o desafía las relaciones de poder, proponiendo que sea una forma de resistencia, por otra parte, uno de los logros mas significativos de la educación popular es el dialogo de saberes, reconociendo el conocimiento que surge desde las comunidades y desde las experiencias de vida, integrando estos saberes con los conocimientos académicos y científicos, lo que permitió ampliar la comprensión de la realidad social y ha enriquecido los enfoques de la investigación social en las ciencias sociales.
Teniendo en cuenta lo anterior, en la educación popular el sujeto maestro en formación no se ve simplemente como un transmisor de contenidos, sino como un agente de transformación social, fomenta que el docente asuma un papel crítico y activo dentro de su comunidad educativa, entendiendo la enseñanza como un proceso dialógico y colectivo. En la EP se promueve que los maestros en formación reflexionen críticamente sobre su práctica educativa y su rol en las luchas sociales, se transforma la figura del maestro en un facilitador de procesos de concientización, que acompaña a los estudiantes y a la comunidad en la búsqueda de soluciones a sus problemáticas.