1. La educación comunitaria contribuye a la transformación social mediante el desarrollo integral de comunidades vulnerables. Facilita procesos de alfabetización crítica que fomentan la participación ciudadana, articula saberes académicos y populares, y fortalece la identidad comunitaria. Promueve la autogestión, el empoderamiento colectivo y establece redes entre instituciones educativas y organizaciones sociales, permitiendo que las comunidades desarrollen capacidades para resolver autónomamente sus problemáticas locales.
2. La educación comunitaria y la formación de maestros en la Licenciatura en Ciencias Sociales se interrelacionan profundamente, configurando al maestro como mediador entre el conocimiento académico y las prácticas comunitarias. Esta relación fomenta una pedagogía situada donde los maestros desarrollan competencias para construir propuestas educativas contextualizadas, implementar investigación participativa y promover liderazgos comunitarios, contribuyendo directamente al desarrollo social desde su proceso formativo.
3. Ser líder social implica asumir un rol activo en la defensa de los derechos humanos y la justicia social. Representa un compromiso ético y político para movilizar recursos, conocimientos y voluntades colectivas, enfrentando problemáticas locales y promoviendo transformaciones sociales. Un líder social es un agente de cambio que trabaja desde la solidaridad, la participación y el empoderamiento, con el objetivo de construir una sociedad más equitativa e inclusiva.